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lunes, 30 de noviembre de 2015

Retirarse en una maratón

Ayer me retiré de una carrera por primera vez. No me atacó una lesión repentina ni me abandonaron las fuerzas de golpe. No he analizado los ritmos ni las pulsaciones todavía, pero no creo que vaya a encontrar en las gráficas algo diferente de un par de curvas planas que apenas contengan información. Sencillamente no me apeteció seguir corriendo, me aparté a un lado y fui caminando tranquilamente hacia el hotel.

¿Que por qué? En el kilómetro 26, después de dos horas siguiendo a la liebre de 3 horas y 15 minutos, me di cuenta de que la marca que acabaría consiguiendo, en torno a 3 horas y 20 minutos, no justificaba seguir corriendo un rato más. No estaba sufriendo todavía, pero ya no veía viable cumplir un plan que me hiciera ilusión. Hace unas semanas era capaz de correr a esos ritmos sin esfuerzo, y me creía en condiciones de intentar bajar de tres horas y diez minutos. Por ese objetivo, en mi cabeza, sí merecía la pena correr. Incluso sufrir.

Me dicen que he hecho una temporada muy larga, que he completado un Ironman, la Quebrantahuesos y una docena de duatlones y triatlones; que llevo desde febrero con un dorsal a cuestas y que es normal que me suceda esto. Seguro que sí, que también tiene que ver, pero yo estoy más convencido de lo anterior. Que me he pasado de vueltas, y que estoy acostumbrado a hacer cada carrera más deprisa que el año anterior y que no me había pasado antes que estuviera en mejor estado de forma hace un mes que en el presente.

Al menos me queda el entretenimiento de analizar el calendario y tratar de encontrar dónde me he pasado y aplicarlo para el futuro. Porque correré un maratón y me quedaré a gusto con la marca, pero no sé cuándo.

martes, 18 de agosto de 2015

Temporada 2015: duatlones y triatlones

No soy partidario de los planes de entrenamiento muy estrictos. No porque no funcionen, que sí lo hacen, sino por aburrimiento. De todas formas, sí soy consciente de que alternar ritmos, distancias, intensidades... es el mantra al que asirse para mejorar en el deporte. Así visto, los duatlones son un escenario estupendo para correr deprisa e ir rápido con la bici. Casi tan efectivos como las series o el rodillo, y mucho más divertidos por el aspecto lúdico-social de los piques con los compañeros, los encuentros al comienzo de la nueva temporada...

Dicho esto, tengo la sensación de que este año -lo normal por estos lares, lo sé- el invierno ha sido relativamente crudo. Al menos, el recuerdo que me queda de los duatlones es que me he mojado bastante y que Felitxu me ha ganado en los que hemos coincidido. Y me fastidia más lo segundo que lo primero, habiendo toallas y duchas calientes.

DUATLÓN DE SOPELANA
Distancia 'sprint' (5k/20k/2,5k)
14 de febrero

(el tiempo real es 1:07:55 porque me equivoqué de botón en una transición)

El Duatlón de Sopelana en una imagen
de Nuria GD filtrada
por Instagram: fotaza
La vuelta a las carreras siempre es divertida. Te juntas de nuevo con la gente del club, cuentas batallitas, te pones al día junto a un café después de recoger el dorsal. En este caso, bajo techo, porque aunque no hace un frío helador, llueve pero bien y la carrera va a ser sobre asfalto mojado. Con esto presente, la comparación con los tiempos del año pasado no tiene mucho sentido.

A estas alturas del año ya estaba inscrito al Triatlón de Vitoria, y en este momento de la temporada se trataba de lograr velocidad e ir extendiéndola a lo largo del año. Como consuelo, he mejorado dos minutos el tiempo total respecto al año pasado. Por contra, he corrido el último segmento peor que un año antes. No mucho peor, solo unos segundos, pero no mejor, que era de lo que se trataba. Perseguir a los compañeros en bici es lo que tiene, que luego sale uno a correr hecho unos zorros.

DUATLÓN DE MUNGIA 
Distancia 'sprint' (5k/20k/2,5k)
28 de febrero


Al menos esta vez no llovía, así que la idea era al menos mejorar lo del año pasado. Objetivo logrado. Además, esta vez sí pude salir a correr el último segmento en mejores condiciones. El recorrido ciclista de este duatlón se presta a rodar en grupo, donde sólo una subida puede romper la unidad y condicionar el tiempo final. En todo caso, otros dos minutos de mejora que se agradecen mucho.

DUATLÓN DE GERNIKA 
Distancia 'corta' (10k/40k/5k)
21 de marzo




Antes de la salida en Gernika
Ha sido mi mejor carrera hasta la fecha. Y es que, cuando peor hace, mejor me va. Siempre he sospechado que es porque tolero el frío y la lluvia mejor que el resto. El caso, es que la única carrera en la que he quedado por delante de Aritz y de Penta. Y eso va a tardar mucho en repetirse. Pero sobre todo me queda el recuerdo de la buena compañía, las risas, la intendencia tan bien resuelta y una prueba muy bien organizada pese a una meteorología que se empeñó en deslucirla.


DUATLÓN DE DURANGO 
Distancia 'corta' (10k/40k/5k)
28 de marzo


Una semana después, un clac en el kilómetro 6 de la primera carrera de Durango hizo saltar las alarmas. Seguí corriendo, pero perdí la ventaja que había ganado en la primera mitad del primer sector. Luego en la bici me quedé justo antes de la bajada y corrí para cumplir. No es excusa. Afortunadamente, el fisio me recompuso sin demasiados problemas. Había sido más el susto que otra cosa.


Con Javi y con Gorka en la salida
MARCHA CICLISTA CASTRO-CASTRO 
100 km.
12 de abril

La idea era mejorar el tiempo del año pasado. Repetía con la compañía de Gorka y el encuentro con Javi, y además volvía a hacer bueno. Todo salió bien. Y encima quedaron fuerzas para trotar un rato por Castro con Gorka.

MARCHA CICLISTA LEBANIEGA JUBILAR
185 km.
18 de abril

Con un recorrido que me atraía mucho, no quise dejar pasar esta marcha que recorría zonas que conocía bien de mis tiempos de montañero y que además había recorrido asiduamente, pero en moto. Una señora marcha muy a principio de temporada. Sin agobios competitivos y con paisajes de quitar el hipo. El tiempo en esta época del año es una lotería, pero no salió tan malo como llegó a amenazar.

DUATLÓN DE LAREDO 
Distancia 'sprint' sin 'drafting' (5k/20k/2,5k)
25 de abril 


Volver a distancias más cortas después de haber hecho ya varios duatlones del doble de longitud invita a correr deprisa, sobre todo en un circuito tan propicio (a pie, que la bici es otra cosa) como el de Laredo. Algún día tengo que hacer el 10k. Además, buena compañía y helados. ¿Qué más se puede pedir?

TRIATLÓN DE BERMEO 
Distancia 'sprint' (750m/20k/5k)
2 de mayo

Primer chapuzón del año
Comenzar la temporada de triatlones en Bermeo es una tradición que me gusta seguir. Además, incluye un fin de semana turístico con estancia en Mundaka y cena de 'protein recovery' a base de chuletón. Con el chapuzón en el puerto de Bermeo comienza la parte del año que incluye playas, pueblos costeros y peleas con el neopreno. Es un recorrido que no me conviene en la parte ciclista, pues sólo incluye cuestas hacia arriba y hacia abajo, frecuentemente sobre suelo no del todo seco. Pero me gusta. Comparado con el año pasado, una mejora de diez minutos, que es una barbaridad. Sobre todo en el agua (aunque nada garantiza que las boyas estén en el mismo sitio cada año) y en la bici. No así en el recorrido a pie, donde prácticamente repetí el tiempo.

TRIATLÓN DE DEBA
Distancia 'sprint' (750m/20k/5k)
9 de mayo



Llegando a meta
Del triatlón de Deba, por contra, me encanta por su recorrido. Por cada uno de ellos: nadar en una playa, aunque a veces algo movida, un circuito ciclista de ensueño por el valle de Lastur, donde uno empalma una postal turística con otra, y un circuito a pie que pasa un par de veces al otro lado de la desembocadura de la ría y ofrece una panorámica del pueblo. Aunque este año han cambiado el recorrido en bici (han cambiado el sentido, con lo que sigue siendo igual de escénico, pero ya no son válidas las referencias de tiempo). Ahora se sube Itziar en primer lugar, con lo que te quitas lo más duro cuando aún estás fresco, y han recortado la parte rodadora que antes llevaba hasta Mendaro. Sigue siendo una prueba más que recomendable.

TRIATLÓN DE GORLIZ
Distancia 'sprint' (750m/20k/5k)
17 de mayo


El triatlón de Gorliz, un sprint un poco 'durillo' porque la bici pasa holgadamente de los veinte kilómetros y no es exactamente llana, sirve casi como prueba social del club. Por un lado junta a la gente que no hace media o larga distancia y por otro a los que preparan el triatlón de Bilbao, que es dos semanas después. Visto así, era previsible que la participación de Trirunners iba a ser masiva. Lo único malo, que Pablo decidió bajarse de la bici bruscamente. Luego no fue para tanto (aunque él opine otra cosa, pero qué va a decir). Por primera vez corrí sin calcetines. Obviamente, porque los olvidé en el maletero del coche. No he vuelto a repetir la experiencia. Con eso lo digo todo.

TRIATLÓN DE BILBAO
Distancia 'half' (1900m/90k/21k)
30 de mayo


Así de lanzado iba. Luego pasó
lo que tenía que pasar
El objetivo era mejorar cada uno de los segmentos del año pasado. Algo que debería de ser fácil de lograr debido a los entrenamientos para la prueba estrella de la temporada, el triatlón de Vitoria, que sería mi primer triatlón de distancia completa. Sin embargo, una pésima estrategia de carrera me hizo salir demasiado cascado a correr, con lo que al final acabé corriendo en el mismo tiempo que en 2014. Un desastre. Creo que pasarme tanto en bici hizo que no fuera capaz de digerir lo que había comido y bebido mientras pedaleaba, con lo que hice la mitad de la media maratón entre flato y retortijones. Al menos mejoré diez minutos respecto a la marca del año pasado, aunque también es verdad que en esta ocasión había menos agua, casi tanta como la que decía el cartel.

MARCHA CICLISTA QUEBRANTAHUESOS
200 km.
20 de junio

El otro objetivo 'largo' del año. Un poco sobrevenido, pero he disfrutado mucho de la preparación y de las nuevas amistades que ha traído. Como encajaba con la planificación de Vitoria, pues adelante. Al final salió todo bien, con un tiempo razonable (7h11') y me ha metido el gusanillo de repetir. No es la marcha más bonita del mundo, pero es un estándar que te coloca en el escalafón del cicloturista aficionado. En mi caso, oro (el tiempo exigido para lograrlo era de 7h55' en mi grupo de edad) y el acceso a un cajón de salida si el año que viene consigo dorsal. Con todo, me tientan más marchas como la Lebaniega que la Quebrantahuesos. Demasiada gente, demasiada tensión. No sólo por el tamaño de los grupos, sino por lo exigida que se siente la gente en cada uno de los tramos. Ya veremos.

TRIATLÓN DE VITORIA
Distancia 'full' (3800m/180k/42k)
12 de julio

11 horas y veinte minutos
El plato gordo de la temporada. Que el reloj no fuera capaz de almacenar tanta información es lo de menos, porque todo salió según lo previsto: organización perfecta, recorridos 'fáciles' y tiempos clavados a los de la previsión. Nada salió mal, y eso que en más de once horas hay oportunidades a que falle algo. El agua, una gozada. Me quité de gran parte de los golpes saliendo en la segunda mitad del grupo, aunque eso supuso empezar a nadar casi un minuto después del bocinazo. Pero una vez en marca, sin problemas. Las boyas, grandes. El pantano, un plato y limpio. Además, dos vueltas que te dan para situarte con calma. Luego, la bici. Con ánimos y, sobre todo, con calma. Me había fijado unas pulsaciones en las que moverme y eso me permitió llegar a correr con fuerzas, pues el único objetivo, al margen de terminar, era hacer la maratón sin caminar. No fui deprisa, pero acabé corriendo y con fuerzas. Tanto es así, que acabé más fundido después de Bilbao que después de Vitoria.

TRIATLÓN DE CASTRO URDIALES
Distancia 'olímpica' (1500m/40k/10k)
8 de agosto

A estas alturas del año la temporada se me estaba haciendo larga. Supongo que por la desgana propia de haber visto que ha pasado el objetivo de la temporada y que ya no quedan objetivos a ese nivel. Pero me había apuntado en su momento y sabía que me iba a venir bien como prueba para activarme y volver a montar en la cabra antes del afrontar el que de verdad era el último reto triatlético del año: bajar de cinco horas en el Desafío Castilla y León, un half llano que se celebra en Medina de Rioseco y al que ya fui el año pasado. Para complicar las referencias con otros años, en esta ocasión cambiaba la natación. Y aunque era aparentemente para mejor, pues nos librábamos de la gynkana acuática de otros años, al final salieron más metros, había que esquivar rocas en la salida...

Aún no las tenía todas conmigo: las piernas no estaban a tope, es verdad. Y no sabía cuánto había recuperado después de Vitoria, pues irse a subir puertos a Los Alpes y los Pirineos con la bicicleta es más activo que descanso, por más que los ritmos no fueran muy exigentes. Aún así, y al margen del tiempo perdido en el primer sector (más por la mayor longitud que por haber nadado peor), fui capaz de mejorar en dos minutos la marca final. Sobre todo por la carrera, que también había cambiado, todo hay que decirlo, donde gané varios minutos. De hecho, fui capaz de correr al mismo ritmo en el que corrí los terceros segmentos de los primeros duatlones sprint. Curioso, ¿no?

TRIATLÓN DE MEDINA DE RIOSECO
Distancia 'half' (1900m/90k/21k)
16 de agosto

Y estamos ya aquí. Al final de la temporada. Por fin. Como conocía el recorrido, había hecho las cuentas para intentar bajar de cinco horas. Creía que tendría que correr la media maratón en 1h40' para lograrlo. Para ello, podría permitirme una bici sólo un poco peor que el año pasado, cuando después de bajarme de la cabra no fui capaz de correr a gusto en todo el recorrido, yéndome casi a las dos horas en el último segmento y haciendo, por tanto, un tiempo final de 5h17'.

Y en el agua no hubo novedad. Gané treinta segundos sobre el año pasado, pero eso eran migajas. Donde si hubo ganancia fue en la bici. Sin ir a tope, me planté en una media de 36 km/h al final de la segunda (de tres) vueltas. Eso me permitió tomarme con calma el último de los giros y salir a correr, pese a ello, con cierto margen. Ahora me servía correr en 1h44' para lograr el objetivo.

Y salí a correr. Sin problemas de flato ni de retortijones. Haber acertado en la alimentación es otro de los logros. De hecho, ahora creo que en Bilbao uno de los problemas fue que bebí y comí demasiado. Con todo, en ningún momento fui sobrado. Todo lo contrario. Los cálculos que iba haciendo me decían que podía conseguirlo, pero el margen era tan estrecho que no podía dejar de empujar en ningún momento. Al final, prueba superada. Fin de temporada triatlética por todo lo alto.

CONCLUSIONES 

He hecho mi primer triatlón de distancia Ironman, lo que me ha servido para saber que el año que viene no repito, pero que quizás sí dentro de dos. Me ha gustado la experiencia, haber sido capaz de hacerlo con cierta dignidad, pero me ha parecido todo demasiado lento. No es nadar deprisa, no es pedalear fuerte, no es correr. Es otra cosa. Y no está mal, pero visto en perspectiva, creo que he disfrutado más con el sufrimiento de mantener el ritmo en un half que en acabar un full. Estoy orgulloso de haber sido capaz de entrenarlo y acabarlo. Más de lo primero, habida cuenta de que me he organizado yo solo un plan con los volúmenes y los ritmos que he creído necesarios. Y ha funcionado. Ha sido conservador, pero ha funcionado.

He hecho dos halfs. Muy diferentes. El primero, Bilbao, ya lo había hecho el año pasado. Aunque los recorridos cambiaron mínimamente (menos agua, una subida menor que no se realizaba), me dejó un sabor de boca amargo. No fui capaz de mejorar en el recorrido a pie. Quizás porque me pasé en la bici (probablemente) o porque no acerté con la alimentación (esto casi seguro). Lo más probable, es que fuera un cúmulo de las dos cosas. Lo positivo, que me sirvió de advertencia para Vitoria, donde fui muy conservador con la bici, pero con buenos resultados.

El segundo half fue el de Medina de Rioseco, donde quería bajar de cinco horas. Y era un objetivo que, al contrario que el de Vitoria (donde ya sabía que, salvo accidente, iba a terminar y, por tanto cumplir) no estaba seguro de poder lograr. Y no sólo porque fuera un objetivo de cierta exigencia, sino porque no sabía cómo estaba después del ironman. Luego salió todo bien, así que me voy contento (muy contento) en ese sentido. Necesitaba lograr un objetivo de tiempo y no sólo cruzar una línea de meta para satisfacerme.

En otras distancias, he echado de menos más pruebas de distancia olímpica (ni Laredo ni el memorial Agustín Ugarte este año), y, como el año anterior, me he planteado los de distancia sprint como preparatorios (sobre todo por la parte de intendencia, nadar en aguas abiertas, transiciones) de cara al half de Bilbao. Me quedo con los paisajes del de Deba.

¿Y VOY A PARAR HASTA LA PRÓXIMA TEMPORADA?

No, claro que no. Lo próximo es preparar el maratón de San Sebastián, donde quiero sacarme la espina del año pasado. Aún no quiero fijarme un tiempo objetivo, pero obviamente he de mejorar las 3h28' del año pasado, sobre todo las malas sensaciones que me dejó una carrera de más a muy menos. Antes (finales de septiembre), toca la Panes-Potes, una carrera que siempre he querido hacer por el recorrido que tiene, y con una distancia (28,5 km.) que me va a venir bien de cara a San Sebastián.


lunes, 23 de febrero de 2015

Duatlón de Sopelana: sprint bajo la lluvia

Ya estamos de vuelta. Vuelta a la lluvia, a los duatlones sprint, a las peregrinaciones hasta las diferentes pruebas del circuito, a esas charlas precarrera, a los piques sanos, a la sensación esa tan de febrero de pensar que estoy yendo demasiado deprisa y que seguro que a ese ritmo no aguanto hasta meta...

martes, 23 de diciembre de 2014

'La Media' de Vitoria: final de consolación

Llegando al kilómetro 20
Es obvio que no había quedado demasiado satisfecho con el resultado de mi segundo maratón. Salí a a bajar de 3.20 h., por momentos creía que iba a bajar de 3.15 h. y acabé penando para bajar por poco de 3.30 h. Así que ahora aspiro a resarcirme bajando de 1.30 h. en media maratón, algo que ya había intentado en la nocturna de Bilbao hace dos meses, pero que tampoco logré por otras circunstancias: el calor, el circuito, una salida demasiado tardía y encerrada...

lunes, 1 de diciembre de 2014

Maratón de San Sebastián: pasarse de ambicioso

Inés animó e hizo fotos como esta, en el km. 25
Volver a la maratón no era repetir la maratón del año pasado. Aunque el escenario sí fuera el mismo, sobre todo porque por calendario coincide después de la temporada de triatlones y, además, la intendencia -especialmente si vas a todo tren y te alojas en el hotel oficial de la prueba- es realmente cómoda. Se llega en una hora desde casa y apenas hay obligaciones turísticas porque uno conoce ya la ciudad. Por si fuera poco, el recorrido es rápido y cómodo, y la organización, aunque bien lo cobra, es de demostrada solvencia. Abundantes y frecuentes avituallamientos y la épica de entrar a meta haciendo tres cuartas parte de la vuelta a la pista de atletismo de Anoeta completan una receta de la que uno no se cansa. Así que, de nuevo estamos aquí. Esta vez, además, Julia corre la media maratón y un ramillete de amigos del club también estarán en la salida. Cruzarse con ellos en los recodos del recorrido será otro de los alicientes de la carrera.

lunes, 20 de octubre de 2014

Media maratón nocturna de Bilbao


Posando uniformados antes de salir
Sobre todo para tranquilizarme, a quien me preguntaba por mi objetivo en la media nocturna de Bilbao, le decía que mejorar mi marca (1h. 38’ en Santander, en marzo de este año), porque era algo que creía que podría conseguir si no había contratiempos. Porque, aunque es verdad que los ritmos y la preparación desde el último triatlón (a mediados de septiembre) está orientada al maratón de San Sebastián (a finales de septiembre). En cualquier caso, el año pasado ya lo hice así (correr el medio maratón en Bilbao como parte de la preparación del maratón) y me fue bien, así que, ¿por qué no repetir?

lunes, 22 de septiembre de 2014

Fin de temporada: MD 'Desafío Islas Cíes'

Trifoto: giro alrededor del cono
Casi ni recuerdo cuando me inscribí en este triatlón, pero fue a principio de año, justo después de comprar la bici de contrarreloj (lo que en argot se denomina cabra), en una fase en la que busqué varias pruebas de media distancia con un perfil ciclista llano para amortizar la postura, las ruedas de perfil y todo ese arsenal aerodinámico que he ido recopilando a lo largo de los últimos meses. Sería mi tercera prueba de media distancia (1.900 m. de natación, 90 kilómetros de bici y 21,1 kilómetros a pie), y con la que pondría el cierre a la temporada de duatlones y triatlones, que había empezado a mediados de febrero en duatlones sprint.